DISCRIMINACIÓN EN EL TRABAJO: EL CASO DE LUISA

¿Alguna vez os habéis imaginado que os echaran de vuestro trabajo sin ningún motivo?                              Esto es justo lo que le pasó a Luisa el pasado mes de agosto.

Para poneros en contexto, Luisa es una mujer transgénero que fue despedida cinco días antes de su operación de reasignación de sexo.

Luisa había esperado mucho tiempo para ese momento pensando en que después del periodo que estuviera de baja, se le reconociera legalmente por su nombre. Sin embargo, sus pensamientos positivos se esfumaron cuando fue comunicada de su repentino despido. Dos empleados que trabajaban junto a ella fueron entrevistados y alegaron que fue una noticia muy inesperada, ya que Luisa laboraba estupendamente. Después se supo que estos fueron llamados a las oficinas de la empresa por dar esa información.

Por su parte, Luisa, quiso conocer los motivos de su despido. La empresa le remitió que el despido se debía a una disminución de su rendimiento en el trabajo, algo que pese a que ella pidió que investigasen estos datos, no lo hicieron. Además, dos extrabajadores comunicaron a Luisa que el superior llegó a decir comentarios despectivos a sus espaldas y algunos encargados lo apoyaban y se reían cuando ella pasaba cerca.              

Después de su cirugía, Luisa, con el apoyo de su familia interpuso una denuncia contra esta empresa. Como respuesta por parte de la compañía, obtuvo la oferta de compensarla con miles de euros para que eliminara la demanda. Ella no la aceptó, necesitaba a el dinero, pero más su reconocimiento y respeto.                                El juicio se celebró el pasado 21 de enero y no se ha hecho público el resultado.

Este es uno de los tantos casos que ocurren con frecuencia cada día y que no deberían suceder.                    

Esta acción u otras discriminaciones de carácter homofóbico en este caso, provocan consecuencias como el malestar y sufrimiento de las víctimas, como Luisa, a la que le causó una gran depresión.                             Aquí también podemos observar cómo hay muchas personas que ríen las gracias de otras cuando estas realizan comentarios homófobos, algo que identificaría como una falta de empatía, idea o personalidad propia y falta de respeto. Además, hay otros individuos que, de la misma forma que he nombrado anteriormente, colaboran en estos desprecios, aunque por mantener o conservar algo, en este caso el empleo. Esto es algo que a pesar de la importancia de tener un trabajo, no lo veo como una justificación.                                          

Tenemos que suprimir las acciones homofóbicas y no ser ni siquiera cómplices de ellas.                          

Para esto se podría, las empresas, empezar por la imposición de más planes de diversidad, ya que existe un elevado porcentaje de personas trans que se encuentran desempleadas. Y en cualquier ámbito, apoyando al colectivo LGTBI en manifestaciones, organizaciones, charlas, evitando agresiones tanto verbales como físicas y sobre todo, respetando. 

Si no nos apoyamos entre todos, la sociedad no avanzará y nunca existirá un nivel cercano a la igualdad.